Mientras sigo esperando... decidimos con mi familia ir a pasar un evento tan horrible y despreciable como la navidad, a Rosario. ¡¡ Muy bueno !!
Ir a Rosario me hizo pensar, no solo en las fotos que podría sacar del monumento a la bandera o de la costanera y el río, no solo en refrescarme del calor en las aguas del Paraná, si no en esa familia de la que vivimos tan alejados, son geniales, pero los tiempos y la geografía no ayudan a que nos veamos seguido.
Y pensé en ellos, los que están, pero sobre todo, pensé en los que ya no están y a los que no conocí, o casi no conocí.
Mi abuela paterna era rosarina, pero vivía en Buenos Aires, se fue muy joven y nunca mas volvió. Murió cuando yo tenía 2 años y monedas y solo se de ella por fotos, pero un día, hablando con mis viejos, me enteré que ella fue la 2da mujer en Rosario en manejar un auto, allá por los años 40. Eso es muy groso, teniendo en cuenta la época en la que pasó.
Pero hubo otro relato que me impactó mas, sobre todo ahora, en que faltan apenas unos instantes para que se decida como seguiré mi vida profesional. Esta fue la historia del tío Nicolás, hermano de mi abuela.
El tío Nicolás era el mayor de los hermanos, hijo pobre de inmigrantes pobres, que morirían pobres, tanto aquí como en su Italia natal.
él trabajaba para ayudar en la casa, lo hizo desde chico y siempre trabajó y estudió. Pudo terminar la 2daria, pero seguir estudios era imposible para un hijo de inmigrantes pobres. Pero el tío Nicolás no se rindió. Siguió trabajando y decidió ser médico.
En aquel entonces, para entrar a la facultad de medicina, se les exigía a los alumnos ir de traje y corbata, con zapatos elegantes y tener el dinero disponible para comprarse todos los libros.
Por supuesto, nada de eso estaba al alcance del tío Nicolás, pero él no se rindió una vez mas. Recicló el único traje que había en la familia y se anotó en medicina.
Como no tenía la plata para los libros, se encerraba en la biblioteca de la facultad durante los ratos libres que le permitía el trabajo, a transcribir, con dibujos y todo, los libros enormes de medicina que él nunca podría comprar.
De ese modo, se convirtió en médico y fue uno de los mejores de la ciudad. Vivió muchos años el tío Nicolás, tal vez lo conocí, tal vez no..debería ser muy chiquita.
Pensar en semejante historia de sacrificio me llena de orgullo, porque él logró grandes cosas con casi nada material y mucha voluntad y esfuerzo...tal vez eso deba ser lo que yo tenga que hacer... teniendo nada, queriendo todo y haciendo enormes sacrificios para conseguirlo...ojalá tenga también su suerte y la voluntad para seguir....
2 comentarios:
El vivir diario requiere de extraordinarios esfuerzos, solo que no siempre se recuerda, convirtiendolo de este modo en mera cotidianeidad.
El trabajo de años, vistos en conjunto, convierten un logro en algo heroico e inusual.
No claudicar ante la adversidad nos convierte en dignos merecedores de grandes logros...
Donde esta el merito en el exito carente de esfuerzo?
Saludos!
Anónimoo ¿¿quién sos??
Publicar un comentario