Hoy llovió a cántaros sobre Buenos Aires....toooooooooodo el día llovió.
Fuí a lo de una amiga a tomar mate y ponernos al día. Estuvo lindo. Le presté unos libros de 2daria que espero no volver a usar nunca mas.
Salí de la casa de ella y apenas garuaba. Apuré el paso (son 24 cuadras de su casa a la mía) para llegar con esa guarúa leve. No sirvió. A mitad de camino se largó con todo, pero, al contrario de lo que pensé, no me molestó la lluvia cayendome encima. Lluvia de verano. Recordé mi 1er viaje de mochilera en Misiones. Llovía mucho peor y salí de la carpa a la noche a escuchar el canto de las ranas. Empapada. Felíz. No recordaba el desastre que me esperaba en Buenos Aires.
Y hoy fue igual, solo que ningún desastre espera por mi ahora. Siento que mi vida va a cambiar o que ya está cambiando. La lluvia que me moja me lo confirma.
2 comentarios:
La verdad que yo no puedo. Me molesta la humedad y me molesta mojarme, soy el típico gato jaja.
Recuerdo varias mojadas absolutas y cuando pasa el tiempo no son tan dramáticas, pero en el momento me ponen de mal humor. Pensaba seguir contando mojadas pero me voy a extender demasiado.
Yo también creo que tu vida esta cambiando para mejor, y te lo merecés. Me alegro Vir.
Besos
Gracias por los buenos deseos ¿¡cuántas identidades te vas a poner?? jajaja
Y las mojadas dependen, para mi, de la estación del año..en verano no me jode tanto, pero andar toda ensopada en invierno es de terror... sobre todo porque a mayor cantidad de horas con ropa y calzado mojados, mas aumentan mis probabilidades de catarros y resfríos...
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