miércoles, 25 de enero de 2012

Bambalinas Congreseras II

Día 2: La habitación del pánico

..Por suerte, tanto para mi y para P, el lecho del terror permaneció intacto, asegurándonos otro día gozando de buena salud (ósea al menos), ya que P amaneció moqueando alérgicamente.
El gordo borracho nos daba la opción de desayunar en el hostel por $5, pero no nos atrevimos y optamos por comprar una galletas y comerlas por el camino mientras esperábamos a la pausa de las 10 hs.
Disfrutamos del congreso y en el ágape nocturno, mis compas se encontraron con una chica llamada C que trabaja en Plaza Huincul con un terópodo. Muy agradable C y entre charla y charla nos contó que se hospedaba en el mismo lugar que nosotros y mi duda era ¿¿cómo es que no la habíamos visto?? si el hostel tenía 3 cuartos y uno lo ocupábamos nosotros ¿¿habría llegado esa mañana después que nos fuésemos??
Volvimos a la covacha todos juntos. Era tarde, como las 2, el gordo dormía a pata suelta en el sillón y su hijo adolescente lo acompañaba en el piso. Imagen deplorable si las hay.
Le preguntamos a C en qué pieza estaba y ahí descubrimos porque jamás la habíamos cruzado.
Me llevó por una puerta que estaba medio oculta, detrás de la puerta, una escalera caracol bastante angosta y empinada (uno tendería a pensar que en una ciudad sísmica, la escalera iría para arriba ¿no?..bueno, esta iba hacia abajo... hacia un sótano...y ahí vimos donde dormía C... bueno, C y 17 personas mas. En un sótano sin ventanas ni luz ni circulación alguna de aire, con otro aire acondionado de mentira, el gordo alojaba gente.
El sótano tenía baño, un baño diminuto de 1 m por 0,5 m...con humedad y gotera por todos lados y con cables sueltos y sin puerta..bah...o con una tabla de madera que uno ponía frente al marco donde debió estar la puerta. Absolutamente toda esa "habitación" estaba plagada de cucarachas que correteaban tranquilas por el piso, el techo y las paredes.
Pensé en lo terrible que sería estar en ese pozo durante alguna agitación telúrica.
Automáticamente, le ofrecí a C venir a bañarse a nuestro cuarto, que, horrible como era, al lado de ese recinto, era una suite presidencial. Eso si, le dije que para abrir la ducha, abra la canilla de la cocina, donde el gordo acumulaba platos de días, porque si no, el agua no salía...
Era imprescindible, dadas las circunstancias, encontrar cuando antes otro lugar para quedarnos, o al menos, conseguir mucho alcohol antes de dormir...el etanol te anestesia y hace que no te des cuenta de nada....
Nos zambullimos con P en el osciloscopio de sábanas raidas y pensamos una estrategia para huir de ese lugar cuanto antes, mas por P que temía ser devorado por un ácaro mutante en cualquier momento....

No hay comentarios: