...Y si...septiembre..el mes de la primavera, las flores y los pajaritos...que lindo....también el mes del homónimo del título del post...1 semana en San Juan, una de las cunas de la paleontología del pais.
Desde marzo supe que estaría involucrada en una presentación oral...aunque de 3er autora y, a decir de mi compañero de trabajo P, excluida de dar la charla. Peeeero, no es que P me mintiera ni mucho menos, siempre supe que esa charla la iba a terminar dando yo, de 3era, 4ta o millonésima autora. Y así fue..por una extraña alineación de astros, mi 3er lugar en el podio mutó a 1ero, dejándome como la elegida para hablar..
Limé como un mes armando la presentación, ppt incluido, estudiando, viendo que iba a decir, enloquecida...esa relación amor-odio que uno tiene con la ciencia en estos momentos de absoluta desesperación...finalmente la terminé y con el equinoccio del 21 de septiembre arrancó el congreso. Mi charla era el 22 a las 10:30..fue una de las pocas veces que sentí que los nervios me consumían sin dejarme pensar.
Me tranquilizó mi codirector, diciéndome que si la charla era corta no importaba, él, como moderardor que era, iba a estar feliz.
Hablé, no se ni que dije ni como lo dije, pero sentí que fue muy pedorro, me hicieron 2 preguntas al final, la 1era no la entendí y no pude contestar nada coherente y la 2da era muy sencilla y me limpió un poco el nombre.
Pasado el horrible momento, mi codirector y otros me felicitaron, dijeron que no se notó que era mi 1er charla, que les gustó....yo no podía creer que me hablaran en serio, pero evidentemente así era..a menos que se hubiesen puesto de acuerdo para levantarme el ánimo...cosa que no creo.
Me bajó una pelota de adrenalina que hizo me sintiera destruida...y me quedé todo ese día pensando en qué pudo gustarles de cómo di esa charla y llegué a la conclusión de que tantos años de docencia y guiadas no fueron en vano...
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