Viejos Amores I (bondi blog)

..."Dicen que viajando se fortalece el corazon, pues andar nuevos caminos te hace olvidar el anterior"...Eso diria Nebbia...pero honestamente, lo unico que se fortalece en este viaje es mi ansiedad por bajarme del bondi, un cama muy ancho, pero donde, de medir 10 cm mas, no me entrarian las piernas.
¡¡¡ Y encima me tome un cafecito que va a destrozar todas mis celulas hepaticas !!! (pero me mantendra despierta)
Como no tengo sueño (como cada vez que viajo en bondi), me puse a pensar y pensando surgio la idea de escribir, por que cuando acceda a una compu por ahi me olvide de esto que estoy pensando...
La nostalgia me llevo a 2 viejos amores, uno por demas inocente e infantil y otro mas adolescente y hormonal.
El primero es un mundo de ternura, llamemosle R.
Compañerito de la primaria, en esos ultimos grados de dicho ciclo escolar, donde una descubre que el sexo opuesto no es tan malo como lo era un par de años atras.
R, R, un nene bonito, lleno de noviecitas, y yo ahi, mirando desde afuera una vidriera a la que nunca podria acceder, con la ilusion de que alguna vez repararia en mi para ser algo mas que los excelentes amigos que eramos y ser su nueva noviecita y obviamente la definitiva por siempre...
Por supuesto, nada de esto ocurrio y segui siendo la eterna compinche y nenita feucha que iba y venia de la escuela con el, porque eso si, R era todo un caballero y me pasaba a buscar y me acompañaba hasta mi casa (no por amor, claro, si no porque, para colmo de males y desgracias, vivia a la vuelta)
Asi que mi alegria se reducia a eso, a las chiquilinadas divertidas en el aula y a desear en secreto, pero con infinitas ganas que, al jugar en algun asalto a la botellita, el pico y el culo de la botella, nos señalaran y asi poder robarle un beso...
Vi a R hace unos dias, llevaba 17 años sin verlo. Sigue lindo, como antes, pero ya es un hombre y casi nada queda de ese nene que iba y venia conmigo de la escuela, salvo esos ojos de mirada traviesa que se cruzan con los mios y me traen toda esta nostalgia y todos estos recuerdos que hacen que pueda escribir esto poniendome en la piel de aquella nenita de 11 y 12 años, con atisbos de mujer, que en los asaltos deseaba robarle un beso o ponerme a tiro para bailar algun lento...