Es un hecho: el bondi me inspira a escribir y lo que es mejor ¡¡¡ a escribir a la vieja usanza, con cuaderno y birome !!! Y no me inspira a escribir cualquier cosa, si no a seguir hablando de mis viejos amores ¡¡¡ para colmo de fondo suena Sabina!!!
Esta vez voy a recordar a M
Conocí a M allá por el año 1998 a través de mis amiguitos del alma, Mario y Cristian. Ignoro totalmente como M llegó a ellos, o tal vez simplemente no lo recuerdo.
Los chicos vinieron a casa y me lo presentaron. M era un limado total, colgado de la percha como pocos, se tildaba a mirar los cuadros pedorros imitación Van Gogh que hay en el living de la casa de mis viejos.
Me quedé a solas en la cocina con M, ya que Mario y Cristian estaban con alguno de mis viejos, preparamdo inglés y/o historia.
Me miraba perplejo el colgado y decidí preparar unos mates. Hablamos de la inmortalidad del cangrejo o algún otro artrópodo y, si me quedaban dudas, me convencí de que era un limado.
Fanático de Spinetta, leía a Artaud y lo imitaba al flaco en el canto. Insoportable. Sobre todo para alguien como yo que detesta a Spinetta por mas poeta que éste sea.
Luego de ahí nos fuimos todos a bailar a La Diabla (ya no existe mas), una rockería de Belgrano.
Nos juntamos con otras personas, incluído Pablo, mi noviecito de aquel entonces, con el cual estaba, un poco por cariño y otro poco para mitigar el vacío que me producía la ausencia de L. Después de esa noche, no volví a ver a M hasta un año después, donde L era solo un recuerdo y mi nueva pena de amor se llamaba Santiago C y me había dejado hacía un par de meses.
M estaba mas chiflado y delirante que nunca y comenzó a adosarse a mi cual ventosita para vidrios.
No pude con mi autoestima herida y mi confusión y le di cabida a esa adherencia enfermiza hasta que se me fue de las manos. Y se me fue por pendeja (tenía 18 años) y por no manifestar interés alguno en la psiquiatría.
Y así fue como M pasó de visitarme y darnos unos besos cada tanto, a confesarme todo el amor que sentía por mi, lo cual halagaba mi ego herido, y a perseguirme enteramente de día y de noche.
Una vez, terminé en su casa y en su cama y me confesó que había sido su primera vez y que eso afianzaba mas su amor. Me quería matar. Para mi fue un polvo mas y no afianzó nada. Supe que no iba a engancharme mas y decidí cortarla.
Sentía, pese a todo, una inmensa culpa, pero ya no podía seguir soportando sus besos y menos que menos sus autograbaciones donde se lo escuchaba tocando la guitarra como el orto y cantando en una burda imitación del horrible falsete de Spinetta-
Lo encaré un día, diciéndole que no lo correspondía en ese amor tan grande que me profesaba y que, por lo tanto, no era justo para él continuar.
Supuestamente lo entendió y me dijo de quedar como amigos.
Obviamente, mi inexperiencia me llevó a aceptar
Obviamente, nunca debí hacerlo
Si M ya era obsesivo, la "amistad" lo puso peor y también a mi.
Inició una serie de estrategias para cruzarse "accidentalmente" conmigo. Pasar por casa en los horarios en los que sabía que yo iba a estar. Seguirme a sol y a sombra por todos lados hasta que un día, en que me encontraba preparando los finales de física y matemática del CBC me toca el timbre. Yo rendía en 2 días un final y en 3 el otro. Le respondí que no podía bajar por motivos de estudio y que le agradecía la visita. Insisitió "Bajá, bajá, bajá, un ratito, un ratito, un ratito, hacelo por nuestra amistad, que vale mas que cualquier cosa que tengas que estudiar"
Se despertó en mi un instinto asesino que me hizo bajar corriendo los 11 pisos que me separaban de él por la escalera.
Su sola visión me ofuscó y le dije de todo (todo = lo mucho que me molestaban sus visitas inoportunas, su invasión constante, lo poco que me interesaba tenerlo de amigo y lo peor, lo peor que se le puede decir a un hombre inexperto: lo pésimamente mal que lo había pasado con él en la cama)
No volví a ver a M y mis amigos tampoco.
Siempre sentí culpa por como lo traté. Reconozco que se me fue la mano y de algún modo esa respuesta llena de bronca me marcó a futuro, ya que me convencí de que merecía que me traten muy mal de ahí en mas.
Con los años maduré y descubrí que simplemente era una pendeja que no supo manejar la situación y que hizo lo que pudo.
En el 2008 Cristian me dijo que se encontró con M.
M había iniciado un tratamiento psiquiátrico después de romper conmigo.
Me recordaba y enseguida le preguntó a Cristian por mi.
Morí de culpa nuevamente cuando Cristian me contó, entre mate y mate, una helada tarde de junio, que M solo hablaba de la medicación, que dejó la música porque lo "limaba" y si yo me había casado.
Morí por dentro una vez mas.
Es un hecho también que ser una rompecorazones no es para mi.
Sigo siendo la nenita feucha que deseaba secretamente a R
Sigo siendo la misma cobarde que por no decir lo que sentía, nunca supo si L le correspondía o no
El 23/9/08 Cristian festejó sus 28.
Asistí con Luciano. Estaba M. Lo vi. Mas gordito de cara, el pelo mas corto, la mirada apagada y perdida en un universo de Rivotriles y/o afines.
Necesitaba urgentemente su perdón, aunque no podía disculparme, no sabía como hacerlo después de 9 años.
Pero si estaba todo bien, me consideraría disculpaba y eso si podía comprobarlo.
Me acerqué tímidamente a M y lo saludé.
Me miró y me dijo -"¿Sos Virginia, no?
-Si, soy yo ¿¡cómo estás?
-Bien ¿vos?
-Bien
-Qué bueno ¿Te recibiste de bióloga? No podía no recordarme y si recordar eso.
-Si, por suerte, hace mas de un año
-Que bueno. Yo estoy laburando en una mensajería. No puedo tener trabajo fijo por la medicación y no puedo ponerme mucho con la música porque me enfermo y tampoco puedo tomar
-Yo también estoy laburando. Doy clases
Se quedó en un rincón. Supe que mi presencia lo dañaba y no insistí. De algún modo, me supe "perdonada"
No volví a verlo y creo que tampoco mis amigos. Nunca pregunté, pero esa noche, M se puso a hablar con Luciano sobre teclados y música. Vaya a saber que se le pasó por la cabeza cuando decidió hacerlo. Creo que nunca lo sabré
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