viernes, 2 de abril de 2010

Viejos Amores II (bondi blog)

... Luego de R vinieron otros amores, mas reales claro, lógicamente, uno entra en la adolescencia y todo es mas novelezco y se pone mas terribe también.
En esta etapa de tantos cambios, comencé un taller de acrobacia y ahí conocí al segundo gran amor, llamado L.
L, no se si lindo es la palabra que lo define, pero atractivo como pocos creo que le cuadra mas. L poseía un encanto sin igual. Ojos verdes enormes, rulos negros, una expresión risueña e hipnotizante en la cara y una simpatía sin igual hacían de él el mar de la tentación.
La acrobacia, disciplina sensual si las hay, que, al igual que el tango, requiere del contacto muy cercano entre los cuerpos. Claramente, esto no ayudaba, pero que L fuese mi pareja de trabajo ayudaba aun menos.
L, 19 años, yo 17 y unas hormonas que estallaban dentro de mi cual bombas atómicas.
Lo miraba y moría de ganas de besarlo, ya no con esa ternura inocente con la que quería besar a R, si no con una pasión descontrolada.
A difenrencia de R, L parecía corresponderme. Yo era su preferida en muchos aspectos, pero claro, no quedaba muy bien establecido si era su preferida como yo quería.
Nos mirábamos mucho, deseándonos, pero ninguno daba el primer paso.
Y así transcurrió el tiempo hasta que un día llegó la fatídica noticia: L era de Olavarría y las cosas en Buenos Aires no le habían ido muy bien y se volvería.
Me llamó llorando para despedirse. Creí que me moría.
Ese día llovía torrencialmente y no me importó. Salí corriendo bajo esa lluvía hacia su casa, a despedirme antes de que le llegara la hora de viajar. Si volvería a verlo, ni la menor idea, pero necesitaba ese momento, estar con él, tal vez, por última vez.
Le regalé una remerita mia que a él le gustaba mucho. Quise que la tuviera de recuerdo.
Llegué a su casa. Aun estaba ahí. Entré. Tomamos unos mates y conversamos. Cada dos por tres, llanto y abrazos. No podía dejar sus brazos. Era demasiado esa tristeza.
Me regaló un dibujo. Le gustaba dibujary pintar y lo hacía muy bien.
Nos miramos por última vez, profundamente. Sabíamos que era la despedida y que no sabíamos que pasaría de ahí en mas.
Juramos escribirnos cartas (en 1998 no existía internet, ni msn, ni etc) Sabíamos que no iba a ser suficiente.
Me besó.... ¡¡¡¡¡ claro que no !!!!!! Me besó en la frente, un beso casi paternal.
Lo miré con amargura. Salimos.
Volví a mi casa. Apenas lloviznaba. Era agosto. El aire helado. No me importaba enfermarme. Ya estaba enferma sabiendo que tal vez no lo vería mas y habiendo sido cobarde sin atreverme a decirle lo que sentía por temor a "romper la amistad" ¡¡¡¡¿¿¿ Cuál amistad???? !!!!!! Si nunca lo quise de amigo.
Volví a verlo unos meses después. Aun me gustaba horrores.
Pero el tiempo y la vida nos llevaron por caminos distintos. Supe de él unas pocas veces mas.
Hasta que a fines del 2008, donde luego de 8 o 9 años de no verlo, nos encontramos casualmente en la calle.
Me reconoció enseguida. Sus ojos, los mismos. Su sonrisa, la misma. Los 10 años transcurridos desde la última vez que lo vi no fueron muy generosos con L, pero todavía conserva ese halo atractivo que tanto me gustaba.
Esta historia me dejó una moraleja: Siempre hay que decir lo que uno siente.
Y lo puse a prueba ¿¿cómo?? De ahí en mas, me encaré a cuanto hombre me gustó para no quedarme mirando detrás de un vidrio anhelando una felicidad que podría ser mía y para no mentirme creyendo destruír una amistad que nunca existió.
A veces me funcionó, otras tantas no..y bue... no se puede ganar siempre... pero ahora ya no me quedo con las ganas y gracias a esto me atreví a decirle lo que sentía al hombre con el hace 4 años comparto mi vida y al que ni por un segundo me arrepiento de haber elegido...

2 comentarios:

Cristian Andres Flores dijo...

Si, todas dicen lo mismo... Y despúes te dejan por el peor de los panchos... si, es asi... no me digas que no...!! jajaja, I'm crazy

vir_ranita dijo...

¡¡ pero todavía no me arrepentí !!!