Me separé de MM, pero él no se separó de mi. Insistía a sol y a sombre con ese asuntito de la amistad, y a mi me costaba mucho no confundirme.
Me enteré en aquel julio de 2003, que muchos de mis compañeros de facultad que se hacían llamar "amigos", sabían que MM me cuerneaba. Yo les pregunté porque no me lo habían dicho
-Y..pero pobrecito, nos vino muy confundido, con los mocos colgando..tuvimos que ayudarlo, no sabía que hacer, si te lo decíamos lo ibas a dejar, y él no quería eso.
¿¿¿ Y yo qué ??? ¿¿Yo no andaba por ahí también con los mocos colgando??? Evidentemente, mi dolor no le importaba a casi nadie. Era el momento de cambiar de gente, pero no vi eso hasta años mas tarde, cuando murió mi abuela, la mujer que me crió y nadie fue capaz de llamarme o escribirme a ver cómo estaba.
Volviendo a MM, finalmente cedí a sus deseos de amistad. Y ni bien le di calce, me echó en cara que nunca le había presentado a mi familia. Yo me defendí aduciendo que, si no éramos novio y no teníamos compromiso, no veía el motivo de presentarle a mi familia, eso era para las parejas formales.
Esa "amistad" con la que me conformé, me dolía en el alma...aprovechaba cualquier ocasión para hablarle o para darle un abrazo..
Un día me saludó y me dijo que tenía que ir hasta Belgrano, bien cerquita de la estación y me ofrecí a acompañarlo, ya que yo también me estaba yendo de la facultad, que quedaba ahí cerquita. Se negó, pero insistí y muy a desgano, aceptó mi compañía. La caminata fue mínimo, trágica. Los diálogos me recordaron mucho a los que yo tenía con S, llenos de bronca, humillaciones y maltrato.
Llegamos hasta las vías, sobre la calle Juramento. Intentó despedirse y le pedí que me acompañe a la parada del 65, que estaba cruzando el paso a nivel
-No jodas, no tenés 5 años, podés cruzar sola. Además, estoy apurado, si te acompaño, pierdo tiempo.
Me fui sola y me tomé el 65. Ni bien me senté tuve una suerte de revelación: Lo había acompañado casi hasta la puerta de la casa de la mina por la cual me había dejado. Se me humedecieron los ojos. Me los sequé y muy convencida me dije "Basta, basta de boludeo, basta de salir con forros, me merezco alguien que me quiera, no voy a seguir purgando una culpa de algo viejo (ver viejos amores. bondi blog III)" Y me hice la firme proposición de cambiar mi vida.
¿Lo logré? No esa vez, pero si mas adelante hasta el día de hoy.
Después de esto, vi a MM en escasas ocasiones, lo evitaba, si bien él insistía hasta con insultos que nos viésemos (una vez mas la dócil mascotita se había dado a la fuga), yo no acusaba recibo. No quería eso, me hacía mal, no lo necesitaba.
Unos meses después, y habiéndolo olvidado, me lo crucé en plaza Francia. Yo estaba con unas amigas tomando mate en el pasto y cruzamos las miradas. Se acercó a saludar con incomodidad y vergüenza. Estaba abrazado a una mujer. Por ella me había dejado. Era su amiga Gabi. MM tenía en aquel entonces 24 años y yo 22. Gabi contaba con 36 y aparentaba aun mas. Se fueron. En ese instante me costó creer lo que había visto.
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